domingo, 25 de noviembre de 2007

BILLAR

Siempre he deseado que me follen sobre una mesa de billar. Supongo que el juego se presta a la fantasía, sobre todo cuando juegas con alguien que te gusta. Los roces intencionados mientras me dirijo a la banda contraria para tirar, el saberme observada mientras me inclino con un escote generoso, rozar suavemente el palo mientras te miro con picardía.

Se puede transmitir mucho erotismo mientras se juega, pero cuando mi imaginación se dispara no se queda en esos leves roces y ese par de miradas lascivas que nos cruzamos al jugar. Mientras juego imagino que cuando termina la partida me sientas al borde de la mesa, me subes el vestido y comienzas a masturbarme mientras me besas. Intento acercar mi mano a tu polla pero me la apartas y me empujas hacia atrás hasta dejarme tumbada sobre el tapete. Entonces te agachas y comienzas a comerme el coño despacio, acariciando mi clítoris con tu lengua mientras me penetras con tus dedos.

Entonces me doy cuenta de que no estamos solos: que hay un par de tíos en la sala y que se están poniendo cachondísimos con la escena. Pero a esas alturas mi excitación es tan enorme que ya no puedo ni pensar en el espectáculo que estamos dando. Incluso me excita más saberme observada, saber que les estamos poniendo a mil. Tu lengua está trabajándose mi clítoris a tal velocidad que me corro en tu boca mirándote, y mirando a los otros tíos que nos observan.

Después te incorporas, sacas tu polla y con todo el descaro del mundo miras a los otros y preguntas: “¿Qué? ¿Queréis que me la folle?”. Ninguno contesta pero sus caras de salidos no dejan lugar a dudas: Claro que quieren que siga el espectáculo. Así que soy yo la que contesta con un “dame esa polla, cabrón”. Me la metes de un solo golpe y comienzas a follarme a lo bestia mientras me manoseas las tetas por encima del vestido. Vuelvo a tener otro orgasmo y al momento tú te corres y caes sobre mi y…

…y claro, con estos pensamientos no hay quien se concentre en la partida. Así no ganaré al billar jamás.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde luego, la mesa de billar es uno de los clásicos... Da mucho de sí lo de que uno se coloque detrás del otro y le ayude a apuntar y a utilizar bien el taco, inclinándose los dos cuerpos sobre el tapete...

Y digo uno detrás del otro porque no siempre va a tener que ser él quien juegue mejor y tenga que ayudar a la mujer, ¿no? Démosle una vuelta al tópico... Casi me resulta más excitante el que sea ella quien se ponga detrás de él y le rodee con los brazos, apretando sus pechos contra su espalda, y que surja todo a partir de ese momento.

Por cierto, perfectamente podría unirse la entrada sobre el trío con lo que cuentas en esta del billar, y los hombres que están contemplando la escena... Trío, cuarteto, quinteto... ¿Qué más da, mientras lo que se vea sobre el verde tapete sean unas buenas crambolas...? ;)

Anónimo dijo...

Carambolas, quise decir...

Príncipe de la Lujuria dijo...

Creo que mi taco ya tiene la tiza suficiente. Un movimiento más y... al agujero...

Besos Húmedos

arnand dijo...

MMM me encanta tu fantasía del billar... la encuentro excitante.
Besox

Dr.Mikel dijo...

Una buena amiga experta en estas artes, me suele contar cuando jugamos que el ataque sobre la blanca, también conocido como “entrada”, es el alma del billar y que un buen ataque debe cumplir tres premisas:
-El recorrido del taco sobre la mesa debe hacerse muy recto.
-La velocidad de entrada ha de ser uniforme.
-El limado o movimiento de vaivén debe alcanza cierta profundidad de penetración.
Ya se sabe la mejor forma de aprender, que le voy a contar que no sepa, es con un buen profesor.

Anónimo dijo...

O profesora... que siempre se agradece que ellas nos enseñen algunas cositas...

NuriaBesa dijo...

Aurë reconozco que es un clásico, pero no por ello ha de ser descartado, no? Has tocado mi punto débil con el tema del sexo en grupo. Sólo de pensarlo me enciendo como una hoguera. ¿Te veo animado a carambolear o son imaginaciones mías? Y por cierto, el intercambio de información siempre es interesante. Tanto nosotras a vosotros, como al contrario.

Príncipe, tú siempre tan dispuesto a la acción…

Arnand, a mi me encanta excitarte a ti. Por aquello de corresponder ;)

Mikel, toda una lección, sí señor. Veo que aprendiste mucho con tu amiga.

Comer es un placer dijo...

Siempre quise ser follada en una mesa de billar.

Y ya la situación descrita me hace no poder esperar más.
!